Os dejo el comentario de las obras, realizado por Francisco Pascual Cruz
Uno de los conjuntos que muestra con mayor claridad el
esplendor del arte bizantino es la iglesia de San Vital de Ravena (Italia), cuya construcción finalizó en
el año 547. En ella se alberga una importante colección de mosaicos que
demuestran rotundamente la maestría y la perfección a la que llegaron los
musivarios bizantinos.
Destacan los dos paños que
representan en el interior del ábside a los emperadores Justiniano yTeodora, acompañados de sus
respectivos séquitos, realizando una ofrenda en el propio templo (influencia
del Ara Pacis y la Procesión de las Panateneas de Fidias.
Ninguno de ellos visitó jamás la iglesia, porque nunca
estuvieron en Ravena y, sin embargo, estas son las únicas representaciones que
nos han llegado del emperador y su esposa. Son una especie de "retratos
oficiales", con cierta idealización, con 1500 años de antigüedad.
Los dos conjuntos presentan
numerosas semejanzas: todas las figuras aparecen mostradas de frente, con los
pies dispuestos en v y con miradas bastante penetrantes, pero hay cierta
rigidez en ellos. No existe perspectiva, sustituida en el mosaico de Justiniano
por un fondo de color verde y dorado y, en el de Teodora, por una decoración
arquitectónica en la que podemos ver una hornacina. En este caso, a la
izquierda, se encuentra una cortina que está en parte descorrida y deja
entrever un espacio posterior, dispuesto en negro.
Los personajes principales van vestidos con ropajes
ricos, que simbolizan su superioridad en la jerarquía bizantina. Sus clámides
son de color púrpura, atributo exclusivo de la dignidad imperial; ambos llevan
coronas y sendos nimbos rodean sus cabezas. Por lo que podemos apreciar aquí
una alusión al doble poder del emperador: el terrenal (la corona) y el
espiritual (el nimbo), éste en su condición de representante de Dios en la
tierra. La presencia de los Reyes Magos en la clámide de Teodora es una alusión
más a la realeza imperial. Pero ambos acuden a la ceremonia de consagración del
templo (en el que, recordemos, nunca estuvieron) y lo hacen portando ofrendas:
Justiniano una patena y Teodora un cáliz, los dos de oro. Los dos se dirigen
hacia un Dios Cosmocrator situado en el centro. Se simboliza así que por encima
de los emperadores se halla el poder de Dios.
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